Sobre mí. Parte I

Lectores,

Antes de nada tengo que advertir, que me encuentro en mi habitación, escribiendo esta entrada para vosotros mientras:

1) Mi novio me dice por whatsapp que en el curro están otra vez los váters rotos.

Mi novio trabaja de teleoperador, sí. En una empresa muy seria, Movistar. En cualquier oficina se pueden averiar los lavabos, no? En la suya llevan rotos 3 meses, aunque lo de apestar hace más tiempo, las persianas de las ventanas llevan rotas algo más, creo que desde el primer día que llegaron a la oficina nueva que es mejor que la anterior. Tiene la cara bronceada todo el año y al quedarle la marca de las gafas de sol, siempre parece que llega de unas vacaciones en la nieve.

Otro día os explicaré más cosas de la vida de un teleoperador y las empresas para las que hemos trabajado, habrá para alquilar sillas! Es una expresión catalana traducida literalmente.

Os iba diciendo, ah, sí, este era el punto 1 de lo que ocurría mientras escribo este post.


2) Escucho este diálogo entre mis progenitores:

Madre: Te tendría que haber dejado hace años cuando aún te valías por ti mismo, seré imbécil!

Padre: Te mataré!

Padre: Me pones la pomada?

Madre: En el culo!

Madre: Te llevaré a una residencia de la beneficiencia.

Padre: Por qué no te apuntas a papa y te vas al vaticano?

Padre: Hoy hay champions!

Madre: No te mereces verlo...

Padre: Por qué no te mueres!

Ahora están los dos sentados en el sofá viendo una serie.

He dejado la entrada a la mitad y he ido al súper a por unos filetes que hace días que no como carne, a parte del frankfurt que comí ayer.

Aquí tenéis un nuevo dato de mí.

Me encantan los frankfurts que hacen en un sitio de por aquí, el básico, cebolla frita y queso fundido.

Pero de lo que soy realmente fan es de la cocina italiana, serán los genes. Si quieres hacerme feliz, comida italiana.

Espero que os haya gustado esta primera parte de Sobre mí, no quiero escribir una entrada demasiado larga.

Vuelvo a correr la cortina, hasta mañana.